Presión social en las personas adoptadas o acogidas
𝐌𝐢𝐧𝐢𝐕𝐚𝐧𝐝𝐢 𝐡𝐚 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐭𝐨! (𝐏𝐨𝐜𝐨 𝐚 𝐩𝐨𝐜𝐨)
𝐂𝐨𝐧𝐯𝐞𝐫𝐬𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐧 𝐌𝐢𝐧𝐢𝐕𝐚𝐧𝐝𝐢 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐚𝐝𝐨𝐩𝐭𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐨 𝐚𝐜𝐨𝐠𝐢𝐝𝐚𝐬.
MiniVandi el otro día se vino a una de las sesiones y dice que le gustó mucho algo que últimamente validamos mucho a los a los padres y madres adoptivxs o acogedorxs, y es el hecho de r𝐞𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧 𝐲 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐧 𝐚 𝐥𝐚 𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐞𝐝𝐮𝐜𝐚𝐫 𝐚 𝐬𝐮𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐱𝐬 𝐚𝐝𝐨𝐩𝐭𝐚𝐝𝐱𝐬 𝐨 𝐚𝐜𝐨𝐠𝐢𝐝𝐱𝐬, porque siempre alguien tendrá algo que decirles, que si son sobreprotectores, que si no lo están haciendo bien, que si es como educar a cualquier niñx o adolescente, que si deberían darles más autonomía e independencia, que si….
Y ella me dijo que sí que eso estaba muy bien, pero que 𝐥𝐞 𝐡𝐚 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚ñ𝐚𝐝𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐥𝐞𝐬 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐢𝐯𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐚𝐝𝐨𝐩𝐭𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐲 𝐚𝐜𝐨𝐠𝐢𝐝𝐚𝐬 𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐥𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐲𝐚 𝐬𝐮𝐟𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐭𝐫𝐚𝐮𝐦𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐫𝐫𝐨𝐥𝐥𝐨. Le he pedido que se expanda más porque me parece realmente interesante.
Pero antes de nada os recuerda que como ya sabéis el trauma impacta en el 𝐜𝐞𝐫𝐞𝐛𝐫𝐨 𝐲 𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐞𝐱𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐧𝐞𝐮𝐫𝐨𝐧𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐲 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐢𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐨𝐦𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐦𝐚𝐝𝐮𝐫𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚 𝐲 𝐥𝐚 𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐜𝐫𝐨𝐧𝐨𝐥𝐨́𝐠𝐢𝐜𝐚, 𝐲 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐠𝐫𝐮𝐩𝐨 𝐝𝐞 𝐢𝐠𝐮𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐞 𝐧𝐨𝐭𝐚. Y a continuación me ha puesto estos ejemplos:
A veces tenemos gustos más infantiles que nuestrxs amigxs y tenemos que esconderlos para ser integradxs.
Podemos tener dificultades en el aprendizaje y nos señalan por ello, no solo lxs profes sino también nuestrxs compañerxs que nos llaman vagos o se ríen de nosotrxs o no quieren hacer trabajos con nosotrxs o por el contrario se aprovechan de nuestro trabajo.
Puede que haya tareas y aprendizajes que nos lleven más tiempo que a nuestrxs compañerxs y nos llamen “lentxs”, “empanadxs”,”retrasadxs”, por ejemplo aunque para nosotrxs un 5 sea como un 10 tenemos que disimular nuestra alegría.
A veces vivimos las separaciones como reabandonos y reaccionamos de una forma desmesurada o totalmente indiferente y esto los demás no lo entienden y a nosotros nos puede hacer sentir ridículxs, incomprendidxs y si sabemos de dónde viene esa reacción nos podemos culpabilizar.
También solemos recibir preguntas o comentarios incómodos y se espera de nosotrxs que respondamos de buenas formas porque “solo es curiosidad” y como somos diferentes es normal que pregunten.
Nos hacemos preguntas sobre nuestros orígenes y cuando las compartimos con otras personas a veces las invalidan o incluso nos culpabilizan por hacerlas ya “debemos estar agradecidos por haber sido adoptadxs”.
Cuando vamos al/la médicx constantemente tenemos que explicar que somos adoptadxs o acogidxs y aunque sabemos que es normal que nos pregunten por “antecedentes biológicos” debería ser normal que cuando decimos que somos adoptadxs o acogidxs y no tenemos más información se deje de preguntar.
A veces se ponen en nosotrxs expectativas demasiado altas en un momento determinado y cuando no las logramos porque no podemos, se nos regaña, castiga y culpa en vez de comprendernos y ajustarlas a nuestra realidad.
Y así podría continuar y poniendo más ejemplos, así que 𝐌𝐢𝐧𝐢𝐕𝐚𝐧𝐝𝐢 𝐧𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐭𝐚 𝐚 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐞𝐧 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐞𝐬𝐚 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐚𝐝𝐨𝐩𝐭𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐲 𝐚𝐜𝐨𝐠𝐢𝐝𝐚𝐬, 𝐲 𝐪𝐮𝐞 𝐚 𝐦𝐞𝐧𝐮𝐝𝐨 𝐡𝐚𝐜𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐦𝐚 𝐧𝐞𝐫𝐯𝐢𝐨𝐬𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐞́ 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐡𝐢𝐩𝐞𝐫𝐚𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚𝐝𝐨 𝐨 𝐡𝐢𝐩𝐨𝐚𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚𝐝𝐨.
Yo estoy muy de acuerdo con ella, y a partir de ahora a los padres y madres también les diré que sus hijxs también sienten esa presión social y que debemos tenerla más en cuenta a la hora de entender ciertas conductas.